Uno para leer, esperar y cocinar
Por Daniela Azulay
«Si prestas mucha atención
puede contarnos muchas historias.
Ayer me contó un secreto.»
Una historia del compartir cotidiano. Pura poesía: tierra, semilla, crecimiento, observación. Tiempo. Una invitación a leer, pero también a plantar, a esperar, a cosechar y a cocinar con los lectores. Adoro los libros con recetas. Siempre la comida y la lectura vienen de la mano. Soy coleccionista de libros y películas que me inspiren a probar las recetas que se cuecen en la ficción, así aprendí a hacer tostadas francesas con Kramer vs. Kramer, Tomates verdes fritos a partir del libro homónimo, que traía todas las recetas que nombraba al final y los tostados planchados con la plancha de la ropa con Johnny Depp en Corazones en conflicto, solo por nombrar algunos.
Es interesante lo que sucede con la espera en El membrillo. Lo que pasa cuando algo crece. Además introduce una idea de movimiento en la quietud que conmueve. También conmueve la propuesta de esas historias infinitas que cuentan las cosas que nos rodean si estamos con la disponibilidad para mirarlas. Y la transformación que producen y se produce con el paso del tiempo.
Texto e imágenes dialogan profundamente, la paleta nos sumerge en un membrillar, los personajes son expresivos y de una delicadeza etérea.
«Plantamos el membrillo
cuando nació tu mamá
y aunque parece estar muy quieto
hizo un largo camino
para llegar hasta aquí.»
Y la delicia –y la poesía- de las recetas. Quién no querría comerse una «porción de otoño» realizada con 2 litros de agua, 2 kilos de membrillos. Una ramita de canela, algunos gramos de azúcar y 3 cucharadas de miel.
Recomendado para compartir con lectores y lectoras de 3 a 99 años.
Enlace: www.infobae.com/cultura/2018/06/29/lijeninfobae-lecturas-en-tiempos-no-apurados-para-ninos-ninas-y-jovenes/