Delicioso recorrido de una mirada fuerte y clara
BA Inspiration
Por Paula Alvarado
La segunda acepción de la palabra Periplo según el diccionario de la Real Academia Española es “recorrido o trayectoria espiritual de una persona”, y no podría ser más perfecta para denominar al sello editorial que creó Eloise Alemany.
Porque Periplo empezó, justamente, como una aventura personal, con la publicación de aquel primer Libro de cocina: Relatos argentinos, y continuó con proyectos muy subjetivos, hasta íntimos, en cada lanzamiento afinando una mirada y una voz. Ambas, enriquecidas con la incorporación de otros escritores, cocineros, artistas, pero siempre manteniendo una viva singularidad.
Parte de esa singularidad tiene que ver con la variedad de elementos que componen el historial de Eloise: nació y vivió hasta los 17 años en Japón, donde creció conectada a la gastronomía francesa a través de su madre, que daba clases en Tokio; estudió una combinación de historia del arte y arte plástico, y trabajó en comunicación de moda y en la casi mítica revista i-D en Londres, donde forjó una conexión con el mundo del arte y el diseño; y hace siete años vive en Buenos Aires, donde es parte activa de una generación marcada por la autogestión y la independencia.
Así, los libros de Periplo tienen un poco de todas esas raíces: gastronomía, fusión de culturas, diseño, artesanía. Conceptos dispares que, a cinco años del lanzamiento de lo que sería la piedra fundacional del sello, conforman una identidad cada vez más reconocible.
Hace algunos meses conversé con Eloise sobre su formación y trayectoria para una nota para revista Living, y esta semana después del lanzamiento de los dos últimos títulos de Periplo le pedí algunas reflexiones sobre la evolución de la editorial y sobre la tarea de ser una editora independiente. Aquí, una fusión de esos intercambios:
BA Inspiration (BAI): De trabajar en ID y en el mundo del diseño/moda, ¿cómo llegaste a la cocina?
Eloise Alemany (EA): Llegué a la cocina a los 28 años después de hacer otro recorrido. En Londres había pensado un proyecto personal, de un libro con diseñadores de indumentaria compartiendo una receta. Empecé a armarlo y luego se complicó porque me mudaba acá. Más tarde esa idea fue adaptada al mundo que conocí en Buenos Aires. Eso fue Libro de cocina: Relatos argentinos. El libro cruza mis intereses en el arte, el diseño y la cultura con la gastronomía. A partir de ahí empecé a conocer a gente del mundo de la gastronomía y armé un proyecto de cenas itinerantes con una amiga (Noches Grimod). Más tarde publicamos con mi mamá Cuaderno dulce, pero siempre como libros de autor, no tenía un gran plan. Y luego cuando vino Amarillo limón el sol me di cuenta de que quería enfocarme en esto por un tiempo.
BAI: Ahora que Periplo ya tiene varios títulos, ¿qué denominadores y códigos comunes ves en ellos? ¿cómo definirías el espíritu de la editorial?
EA: Creo que puedo hablar de una estética o de un cierto cuidado visual que marca la identidad de la editorial. Pienso que tiene que ver con una manera más libre de abarcar una temática como la cocina. Me gusta experimentar y trabajo mucho con artistas. Por otro lado, la idea (o por lo menos mi deseo) es que los libros acompañen un cierto estilo de vida que tiene que ver con los placeres simples y el buen vivir, la naturaleza, la buena compañía, los momentos claves de cada día, las pequeñas cosas que nos rodean. Me interesa la cultura y la gente, lo que a veces queda escondido, el proceso, lo personal. Me gusta que se escuche una voz.
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