AMARILLO LIMÓN EL SOL: COCINANDO CON NIÑOS
Emma & Rob
Por Luciana De Luca
Hablo con Eloise Alemany a las 11 en punto, como quedamos. Me atiende contenta: el libro (su último libro, tiene otros) recién acaba de llegar de la imprenta. Ese día inaugura la segunda edición de la feria Souvenir, que también inventó y organiza. Es lógico que esté contenta y un poco sorprendida por el shock que provoca imaginar un libro, hacerlo paso a paso, pensarlo, verlo crecer y de pronto, zas, ahí está, con olor a nuevo, en las manos.
Hace casi un año, un poco menos, Eloise (que siempre tuvo algo con la cocina -su mamá daba clases en casa- y ahora le gusta más y ve ahí un camino de libros y recetas) conoció a la increíble Johanna Wilhem y sus papercuts. Más o menos entonces se disparó la idea de hacer un libro, un manual para cocinar con niños y pensó que Johanna sería ideal para ilustrarlo. Hablaron, lo pensaron y empezó todo. Mucho trabajo en equipo (Eloise me dice que se involucra mucho) para corporizar este libro al que no ve, me dice, como algo específicamente infantil. Es para niños y es para adultos (y adultos que no cocinen mucho también, se ríe).
Pero hay un prólogo real al Manual para cocinar con niños: su hijo de tres años. “Como yo paso muchas horas en la cocina, él estaba mucho conmigo y vi que estaba curioseando más. Me pareció lindo hacer algo así con un cuidado visual. Los libros que vi tenían una estética que no era lo que más me gustaba. Yo quería hacer algo con recetas que salieran de lo común. Agregué algunas que me inspiraron porque tienen técnicas interesantes o porque el resultado es lindo para los niños“.
La idea, entonces, era hacer un libro de recetas para hacer con niños, para compartir un momento (con el suyo, con los de cada lector). Todas las recetas son de comidas que luego los niños pueden comer (su hijo, me dice, se entusiasma mucho más si participa de la cocción, lo probará seguro) y al mismo tiempo aprenden el uso de los utensilios, de los ingredientes. “La cocina es como un laboratorio, les ayuda a desarrollar las manualidades, la motricidad. Además les permite tener un objetivo, organizar actividades puntuales, que les tomen un tiempo. Es cierto que pueden estar al lado tuyo sin partipar, y eso es otra cosa. Me parece lindo integrarlos, los chiquititos ayudan a cascar el huevo, cernir la harina y eso está perfecto“.
Eloise no se queda quieta. “No tengo límite -se ríe-. Me da mucho placer. Cada vez digo “Ay no, no sé por que hago libros”. Trabajo en equipos chiquitos. Este es el tercer libro que autoedito“. Es más trabajoso, reconoce, pero le permite manejarse con más libertad, sin asumir compromisos innecesarios. Como en Souvenir, dice.
Tiene demasiadas ideas y poco tiempo. Pero quiere seguir con la cocina, que le generó un enganche inesperado, sin pensar que ese sería un camino posible. Una pequeña serie de libros de cocina y el sucesor de Libro de Cocina: relatos argentinos.
Amarillo limón el sol es rotundamente lindo. Sirve (lo reconozco) para variar el menú diario (con opciones novedosas y saludables). Te cuenta dónde conseguir los ingredientes, te comparte la lista de utensilios más surtida, te enseña a ponerle caritas a la comida, a hacer huevos en el agujerito, torres de arroz, pan de maiz y muñequitos de verdura, entre otros. Sirve para interesar y sumar de a poco a los niños de la casa a la faena diaria de la cocina (y acá los padres sabemos el valor inmenso que eso tiene). Sirve para cumplirle el sueño de hornear con los nietos/as a más de una abuela. Y para leer y releer, mirar a solas y encontrarle un lugar perfecto en la casa, como a todo libro hermoso y original.