Por Luciana de Luca
Lo que hacemos con el tiempo. Lo que el tiempo hace de nosotros (los adultos, especialmente). Con nosotros. ¿Somos lo que comemos? ¿Por qué nos enojamos? ¿Por qué peleamos? ¿A dónde nos quedó el tiempo de probar, de hacer dibujos sobre la harina desparramada en la mesa? Esta no es la historia de Julia Child, la cocinera que se hizo famosa por su libro Mastering the art of french cooking. Podría, sí. Pero no. Es una historia más bien sobre “el lado Julia Child” de la vida. De cómo la comida puede juntar lo que naturalmente se separa (como el agua, como el aceite). De cómo pacifica y trae bienestar, como una tormenta de verano trae alivio. Julia Child tiene un mensaje que atraviesa la historia. Es un mensaje esperanzado, amoroso: tenemos que reaprender. Tenemos que volver a saber pasarla bien. Volver a ser menos estructurados, menos mezquinos. Tenemos que volver a pensar de qué estamos hechos. Revisar nuestros ingredientes (de eso que estemos hechos) y detenernos a disfrutar.